Ciudadano global
R. Falk distingue cinco imágenes de la ciudadanía globalizada: a) el reformador global, b) la elite empresarial global, c) el 'manager' del orden global en torno a problemas ambientales, d) el regionalista políticamente consciente, y e) el emergente activista transnacional.
Todas estas imágenes de ciudadanos globales formarían parte de una comunidad globalizada, pero no necesariamente comparten todos la responsabilidad social, la solidaridad y el sentimiento por la equidad, así como el respeto por la naturaleza.
La ciudadanía globalizada también debería estar vinculada a una democratización global, que extienda nociones de derechos y obligaciones a escala planetaria. La extensión de la ciudadanía en nuestra época, dando por hecho la globalización de la vida y del capital, dependerá de construir y promover una agenda transnacional más sólida y un sentido de comunidad acorde, así como estimular la participación más amplia de las masas, para contribuir al proceso de una "globalización desde abajo". Dependerá también del sentido del tiempo que se tenga, y de actuar en la consideración de las generaciones aún por nacer.
Pero todo esto gira en torno a diversos proyecto de acción distintos y que no están integrados. Esa comunidad política global tendrá premisas en torno a la solidaridad global o a la solidaridad entre las especies vivas, en co - evolución y co - responsabilidad, distinguiendo un destino común y al mismo tiempo como reconocimiento de lo diverso y lo plural de las experiencias históricas y culturales. Por todo lo anterior, la ciudadanía global es aún un proyecto ideal, pero como expresión de aspiraciones políticas sobre la posibilidad de una futura comunidad de alcance global.
Enseguida abordaremos dos perspectivas de esta ampliación e inclusión de nuevas demandas y membrecías en el contexto de globalización, a través de la conceptualización sobre la "ciudadanía cultural" ('cultural citizenship'), y una segunda, sobre el "ciudadano ecológico global" ('global ecological citizen'