Microagresión
Las microagresiones son expresiones indirectas, a menudo involuntarias y poco conscientes, de racismo, sexismo, discriminación por edad o capacidad. Esto produce la posibilidad de micro insultos, micro conflictos, micro asaltos; micro lo que sea y de lo que la persona que los comete no tiene conocimiento de haberlos cometido.
La microagresión es cualquier interacción entre personas de distintos trasfondos étnicos, culturas o género que pueda interpretarse con un pequeño acto de agresión no física. Aunque las acciones puedan parecer pequeñas, su importancia no lo es, así como tampoco lo es su impacto sobre las vidas de las personas contra las que van dirigidas.
La clave de las microagresiones se encuentra en el tipo de acto cometido, el que debe ser accidental, es decir, no intencional, pero que tiene, se presupone, el mismo efecto de una agresión intencional, por lo tanto, puede hacer que la gente se sienta infravalorada, no apreciada y generalmente ofendida.
Un ejemplo clásico de microagresión es el voltear a ver a una mujer cuando ella pasa, con los ojos orientados a partes de su anatomía, así sea por un segundo. O bien, ser condescendiente con alguien; o no ponerle la atención que dice merecer.
En otras palabras, el problema está en el sesgo que tiene la definición de microagresión: la persona que lo decreta es la que se ha sentido agredida.
La microagresión, por tanto, es un concepto bien intencionado pero en extremo peligroso debido a su interpretación subjetiva y sesgada, que puede llevar a extremos que dificultarían las relaciones humanas y las discusiones razonadas, ya que el juicio y la declaración de la existencia de la microagresión es realizada por la parte ofendida, lo que prestaría a abusos y riesgo moral, y produciría, además, una censura a la libertad de expresión.
En este sentido, es importante tener en cuenta que según la definición de microagresión que hagamos, las conversaciones y discusiones, incluso los tratos entre personas, se pueden llegar a tornar casi imposibles.
El problema radica en la posibilidad de que aquel se perciba como víctima, se convierta en legislador y juez de toda conducta de terceros. Más aún, crea en la víctima percibida el hábito de evaluar con prejuicio toda conducta ajena, así sea la más inocente.
Ejemplos de microagresión
Los prejuicios, los favoritismos y la discriminación en el trabajo son mucho más comunes de lo que a muchos líderes empresariales les gustaría admitir, y pueden hacer que el ambiente de trabajo se sienta incómodo, inseguro y tóxico.
"Debido a que las microagresiones a menudo se comunican a través del lenguaje, es muy importante prestar atención a cómo hablamos, especialmente en el lugar de trabajo y otras instituciones sociales como las aulas, los tribunales, etcétera", sostiene Christine Mallinson, profesora de lenguaje, alfabetización y cultura de la Universidad de Maryland.
En algún momento de nuestras vidas, puede habernos sucedido que alguna persona que no conocemos realizó un comentario que nos hizo sentir confundidos. No supimos si reírnos acerca de lo que esta persona dijo, ofendernos o agradecerlo. Si este ha sido el caso, entonces hemos experimentado una microagresión.
Según el Dr. Derald Wing Sue las microagresiones consisten de cortos intercambios verbales, conductuales o ambientales que pueden tener la intención de comunicar desaires negativos o insultantes de grupos marginados en la sociedad. Este intercambio de palabras se dan usualmente por medio de una pregunta, un comentario, hasta incluso un "complemento" con "buenas intenciones", pero que sin embargo, sugieren algo degradante.
Todos en algún momento hemos sido partícipes de las microagresiones. Hemos hecho un chiste o un comentario que creemos que es inofensivo, pero de manera oculta existe una diminuta intención de ofender a la persona (quien usualmente es estereotipado, o miembro de un grupo minoritario).
Las microagresiones son bien sutiles. Mientras que el receptor se siente insultado, sin saber exactamente seguro de por qué; y el que ha dicho el comentario no reconoce que algo ha sucedido, éste último no está consciente de que ha dicho algo ofensivo.
Casi todos los estudios indican que las personas que tienen menos poder, tienen la percepción más precisa de una situación sesgada. En otras palabras, aquellos individuos que entienden que poseen alguna ventaja por encima de los individuos del grupo prejuiciado, serán quienes verbalicen una microagresión; mientras que los que reciben el comentario son más propensos a identificar el evento.
Microexpresiones cotidianas que incluyen microagresiones:
"Para ser mujer conduces muy bien"
"De donde eres" ¿de verdad? no lo pareces, hablas muy bien para ser de allí"
" Para ser modelo, eres muy inteligente"
"¿No crees en la biblia? Entonces eres de los que alabas al diablo"
"¿Eres mujer y sabes cambiar una llanta? ¡Impresionante!"
"¡Para ser gordita eres hermosa!"
"Para ser padre soltero cuidas muy bien de tu hija".
¿Qué debemos hacer cuando experimentamos una microagresión?
Cada uno de nosotros interpreta de manera diferente las microagresiones. Algunos se confunden, otros se enojan; unos se ríen de la ignorancia, y otros simplemente lo ignoran.
Si consideramos pertinente traer a conciencia lo que la persona acaba de insinuar y expresarle cómo esto nos ha hecho sentir, hagámoslo, pero con respeto. Recordemos que si queremos combatir las microagresiones, ésto no debe ser con agresión. Seamos modelos de respeto y forjemos una buena comunicación entre pares. Hagámosle entender a la persona cómo nos hizo sentir y por qué nos sentimos de esta manera, así esta persona en una próxima ocasión recordará este evento e intentará no volver a cometer el mismo error.
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