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Revisión actual del 18:38 14 jul 2011
Formas sostenibles de desarrollo humano
“La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, alberga una comunidad singular de vida y ha brindado las condiciones esenciales para su evolución.
La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado.
Sin embargo, los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas; los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales y los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.”
Estos párrafos iniciales integran la llamada Carta de la Tierra, una iniciativa y documento creado por referentes de diferentes países, que reúne una serie de principios para la creación de un mundo justo, sostenible y pacífico. Fue elaborada mediante una extensa consulta internacional llevada a cabo en un lapso de muchos años entre organizaciones no-gubernamentales, grupos comunitarios, sociedades profesionales y expertos internacionales en varios campos y provee un nuevo marco para pensar acerca de los retos críticos que enfrenta la humanidad en las décadas por venir. Desde 2000 cuando fue creada hasta el presente, son numerosos los países e instituciones que la firmaron, comprometiéndose de este modo a trabajar en pos del cumplimiento de sus preceptos.
La visión ética, presente en la Carta de la Tierra, reconoce que los asuntos urgentes de nuestro tiempo no son problemas aislados que puedan ser resueltos de manera gradual. Más bien, son fenómenos interconectados que demandan soluciones integradas basadas en un marco de referencia ético y común.
La Carta de la Tierra argumenta la necesidad de caminos sostenibles para el desarrollo que aseguren la integridad ecológica junto con justicia social y económica. Vida sostenible también significa construir una cultura de tolerancia, no-violencia y paz.
Un futuro común: Formas sostenibles de Desarrollo Humano vs. Desarrollo sostenible
Las “Formas sostenibles de Desarrollo Humano” se refieren a un tipo de desarrollo que contemple el respeto a la naturaleza y la integridad ecológica, el respeto a los derechos humanos universales, la justicia social y económica, y que construya una cultura de tolerancia, no-violencia y paz. Su propósito es construir una sociedad justa, sostenible y pacífica en el siglo 21, bajo el entendimiento de que los retos ambientales, económicos, sociales, políticos, culturales y espirituales de la humanidad, se encuentran interrelacionados y solamente pueden abordarse de forma efectiva a través de soluciones globales integradas.
Al respecto, en La Carta de la Tierra se afirma: “Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Debemos comprometernos a adoptar y promover los valores mencionados. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos profundizar y ampliar el diálogo global, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.
La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo.
Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos, están llamados a ofrecer un liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva.
Con el objeto de construir una comunidad global sostenible, las naciones del mundo deben renovar su compromiso, cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales existentes y apoyar la implementación de formas sostenibles de desarrollo humano.
Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.”
Siguiendo con el pensamiento de Boff, a esta corriente se opone el enfoque “reformista”, basado en el concepto tradicional de desarrollo sostenible, para el cual el déficit de la Tierra es una realidad, aunque todavía confía en su capacidad de regeneración. Considerada de este modo, esta forma de desarrollo mantiene el estatus quo, y las actividades económicas, políticas y sociales siguen respondiendo al paradigma vigente –consumista, lineal, predador y creador de desigualdades–, ya que no ofrece una alternativa sino que únicamente minimiza los efectos no deseados.
Visto de este modo, el desarrollo sostenible es por lo tanto una falacia del sistema del capital, que contradice y anula el sentido originario de “sustentabilidad”, que se orienta siempre al equilibrio de todos los factores. En su defensa podemos decir que al menos introduce técnicas menos contaminantes, evita la excesiva carga química de los alimentos y se preocupa no sólo por la ecología ambiental, sino también por la ecología social, tratando de reducir la pobreza. Esta solución representa sin embargo tan sólo un paliativo y no una alternativa a la situación actual.
Boff y el desarrollo humano
Uno de los redactores de La Carta de la Tierra fue Leonardo Boff, teólogo brasilero reconocido a nivel internacional, y doctor en teología y filosofía, quien elaboró el concepto de desarrollo humano sostenible.
Al respecto, Boff sostiene que debemos elegir entre formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros, o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Si optamos por cuidar la Tierra y a sus habitantes, necesitamos realizar cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más.
El teólogo también afirma que poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimiento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están
interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.
Pero para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados.
Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud. Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, para una forma de vida sostenible, debemos respetar principios interdependientes como un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales.
Leonardo Boff (Brasil): Teólogo reconocido a nivel internacional, doctor en teología y filosofía, ex sacerdote franciscano, y profesor de teología sistemática y ecuménica en Petrópolis, Río de Janeiro, por más de 20 años. Conjuntamente con otras personas, es uno de los iniciadores de la "Teología de la Liberación", que aborda el tema de cómo contribuir a responder a las interrogantes urgentes sobre pobreza y degradación ecológica. Boff trabaja en un esfuerzo sistemático para vincular el espíritu de la teología de la liberación con el reto urgente de la ecología y actualmente es profesor de ética y principios filosóficos de la ecología en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. Es autor de diversos libros, entre ellos Trinidad y Sociedad, Ecclesiogenesis, Grito de la Tierra, Grito de los Pobres, Etica Global: un Consenso Mínimo entre los Seres Humanos, y el clásico Jesucristo Liberador.