Capitalismo salvaje
Es un término utilizado para describir al nuevo capitalismo a partir de la década de los 90’, en una economía descontrolada y con consecuencias extremamente negativas para los países que no pueden oponérsele, que además conlleva aumento masivo de la pobreza, crimen y desempleo en las países subdesarrollados o en vías de desarrollo que carecen de sistemas políticos y legales con que cuentan Estados avanzados. El capitalismo salvaje no es otra cosa que el lucro por el lucro en sí mismo, que da nacimiento a una nueva categoría: el homo economicus, olvidando de esta forma los fundamentos y los postulados con los que fue creado el pensamiento del sistema capitalista por sus fundadores. Es un extremismo del lucro, que implica la responsabilidad fiduciaria de maximizar los intereses de los accionistas y, en consecuencia, minimizar los costos, con el problema de las externalidades que ello conlleva. Estas externalidades son laborales, sociales y también ambientales, y afectan a la democracia y a la transparencia. Las externalidades se generan todo el tiempo y se profundizan, provocando efectos acumulativos que los Estados no pueden solucionar, y la falsa expectativa de que sea el sector público el que las resuelva. Aunque se ha intentado, la lógica de intentar resolverlas desde la legislación y la reglamentación ha dado muy pocos resultados.
En el marco del capitalismo salvaje, el sistema de competitividad también se ve afectado por una legitimización del pago de coimas. En muchos países como Alemania, estaba permitido deducir de los impuestos los regalos o las coimas que se pagaban a los funcionarios de los países en vías de desarrollo para obtener prebendas y ventajas en el momento de hacer negocios. Según el economista Bernardo Kliksberg, "el capitalismo salvaje crea monopolios y controla el mercado, que operando a través de las multinacionales genera una enorme desigualdad social. Los pocos ricos son cada vez más ricos y la mayoría de pobres se vuelven cada vez más pobres. El capitalismo salvaje pretende eliminar totalmente al Estado de su tarea de contralor, regulador, para adueñarse, a placer, del mercado. Esta práctica, promovida por economistas ortodoxos, es la que está generando cada vez más pobreza en el mundo."