Carácter
Definición RAE:
1. Señal o marca que se imprime, pinta o esculpe en algo. 2. Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás. 3. Condición dada a alguien o a algo por la dignidad que sustenta o la función que desempeña. El carácter de juez, de padre. Medidas de carácter transitorio. 4. Fuerza y elevación de ánimo natural de alguien, firmeza, energía. Una persona de carácter. 5. Modo de decir, o estilo. |
El carácter de una persona es la manera en la que esta reacciona habitualmente frente a una situación. Es también la forma de expresar esta manera de reaccionar, señalando que se posee tal o cual perfil, característica o inclinación.
En un determinado contexto, hablar del carácter de un hombre permite hacer mención a su personalidad y temperamento. Se trata de un esquema psicológico, con las particularidades dinámicas de un individuo.
El carácter no es algo que se traiga desde el seno materno, sino que se ve afectado rotundamente por el medio ambiente, la cultura y el entorno social donde cada persona se forma.
El estudio del carácter se conoce como caracterología. Esta temática tuvo su auge a inicios del siglo XX. Sin embargo, posteriormente, las investigaciones experimentales en relación a esta temática decayeron y hoy en día se profundiza más sobre el concepto de personalidad. En la actualidad, el estudio del carácter es particularmente analizado y explorado en el sector privado, muchas veces casi exclusivamente a nivel empírico y en muchos casos sobre la base del modelo desarrollado por René Le Senne.
Comúnmente, el carácter se divide en fuerte y débil. Un carácter fuerte se caracteriza por la capacidad de mantener la propia elección, a pesar de adversidades. Por el contrario, la persona considerada con un carácter débil es fácilmente dominada por el carácter de los demás.
Normalmente, la calificación carácter débil y/o fuerte se asocia con la distinción entre un buen carácter y/o mal carácter. Esta distinción refleja más el modo de expresión del individuo particularmente en sus relaciones con los demás. Podría decirse que un carácter fuerte se acompaña de un mal carácter, pero todas las formas de excepción son posibles.
Para la creación del carácter son necesarios tres componentes:
- la emotividad (repercusión emocional del individuo frente a los sucesos),
- la actividad (inclinación del individuo a responder a un determinado estímulo) y
- la resonancia (respuesta frente a los sucesos).
La importancia del carácter
Entre las frases más conocidas de Albert Einstein, y que puede aplicarse a todo ámbito del accionar humano, se destaca: “la mayoría de las personas consideran que es el intelecto el que hace a un gran científico. Están equivocados: es el carácter”.
Aunque el termino carácter (cuya raíz griega alude a “marcar y acuñar”) tiene distintos significados, la experticia a la que refiere Einstein conlleva un carácter ético y psicológico. El primero remite a la elección de un centro vital por el cual vivir y a la asunción responsable de valores que ayudan a alcanzar una coherencia de vida; el segundo, alude a la forma particular con la cual cada persona siente, piensa y actúa, tiñendo su existencia con un matiz diferenciador.
Ambos tipos de carácter, se vinculan y pueden desarrollarse en forma positiva o negativa. Para el caso, si Einstein no hubiera ejercitado la tenacidad, la autoconfianza, la humildad, entre otras virtudes, aunque tuviera altas capacidades, seguramente no hubiera podido elaborar la teoría de la Relatividad general.
Así como la maduración personal de un buen carácter, plasmado en virtudes, tiene efectos positivos en sí mismo y en la mejora de la calidad de vida, impacta en el entorno generando índices más elevados de salubridad, justicia y menor corrupción.
Frente a ello y con un planteo inductivo podemos interrogarnos ¿Cuál es nuestra mayor virtud? ¿Cómo llegamos a desarrollarla? ¿Quién nos ayudó a alcanzarla? Y en un contexto educativo formal: ¿Qué es lo que más queremos para nuestros alumnos? ¿Qué virtud nos gustaría que desarrollen? ¿Qué estamos haciendo para ayudarlos a superarse? ¿Cómo estamos contribuyendo al entorno?
Ineludiblemente, varias de estas respuestas conllevan un mayor autoconocimiento; punta pie inicial para saber lo que tenemos que modificar en pos de alcanzar un mayor florecimiento.
Este autoconocimiento y el desarrollo de virtudes aluden también a una verdadera educación integral. Se trata de un enfoque que puede considerarse vintage, por ser nuevo y viejo a la vez, y que responde al planteo clásico propuesto por Aristóteles, al girar en torno a las ideas de virtud, bien, felicidad y ciudadanía en pos de desarrollar todas las dimensiones de la persona y los hábitos positivos con los que se pueda consolidar un proyecto vital y contribuir a la sociedad.
Beneficios del carácter
- Tener carácter le permite a una persona construir su propio criterio y aprender a relacionarse correctamente con sí misma, con los demás y también con el mundo que la rodea. Abarca a la persona en su ámbito cognitivo, afectivo y conductual, es decir, en su totalidad.
- El carácter requiere ser moldeado con la educación, el trabajo de la voluntad y los hábitos. Demanda desarrollar las fortalezas para conectar ciertas virtudes valoradas por la comunidad, con los mecanismos psicológicos que permiten encarnar esas virtudes en el día a día. Refiere a ser empáticos, perseverantes, tener propósito, ser entusiastas, proactivos, tener curiosidad, etc.
- El carácter tiene más que ver con la congruencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Una persona con carácter es asertiva y puede hablar abiertamente y desde la honestidad sobre sus intereses y gustos. Es capaz de expresar un desacuerdo con los demás y decir “no” de forma tranquila. Puede escuchar a quien le habla sin interrumpirle alterada, porque no depende de los juicios que los demás tienen sobre ella. Elige bien sus batallas y no toma las reacciones de los demás como algo personal.
- Las personas con carácter son capaces de influir en su entorno y de promover cambios positivos en la sociedad. Su capacidad para liderar proyectos y transformaciones les permite contribuir de manera significativa al progreso y bienestar de la comunidad en la que viven, dejando una huella perdurable en su entorno.
- Es preciso aclarar que las personas con carácter no son inmunes al miedo, como se suele creer. No es la valentía la que las define, sino su resiliencia y capacidad para continuar a pesar de la adversidad y el temor.
- El carácter está en constante evolución y siempre que la persona así lo quiera, va a poder trabajar para mejorar algún aspecto o modificarlo.