Que mi gente vaya a hacer surf
Que mi gente vaya a hacer surf recoge las memorias y reflexiones de Yvon Chouinard, legendario escalador, fundador y propietario de la firma de ropa Patagonia.
Let My People Go Surfing (Que mi gente vaya a hacer surf en la edición en castellano, publicada por Desnivel) es la historia, contada en primera persona, de un amante de la aventura que se convirtió accidentalmente en admirado empresario de una marca de ropa técnica, Patagonia, que forma parte del credo de muchos activistas y amantes de los deportes al aire libre en Estados Unidos.
Yvon Chouinard creció en California en el seno de una familia humilde y llegó a convertir el reto del alpinismo y la escalada libre en el principio de una exitosa carrera profesional.
Let My People Go Surfing, biografía tan poco pretenciosa como imprescindible para quienes piensan que es imposible ganar dinero sin comprometer el medio ambiente ni provocar "daños colaterales", una expresión tan en boga en múltiples campos.
Olvidándose de ascensos académicos o contactos en la sociedad, Chouinard inició su particular camino por el mundo de los negocios vendiendo pitones de escalada forjados a mano entre sus amigos, amigos de amigos y amantes de la aventura de la Costa Oeste de los Estados Unidos.
Chouinard simplemente paraba su viejo coche junto a los puntos de encuentro de surfistas y escaladores, durante los inicios de la contracultura, y vendía lo suficiente como para poder estar la mayor parte del año escalando las principales rocas de Norteamérica con El Capitán, en el Parque Nacional estadounidense de Yosemite, siempre presente.
Calidad, resistencia, búsqueda de la practicidad, evitar la obsolescencia
Su material de escalada, diseñado y mejorado personalmente a medida que probaba su rendimiento y resistencia, llevó a Chouinard Equipment a ser la más respetada marca de pitones de escalada del mundo; los alpinistas preferían pagar un poco más y emplear artilugios que podían usar más de una ocasión, en lugar de decantarse por el material existente hasta ese momento.
La calidad y la constante mejora de los materiales empleados fueron el principal pilar de Chouinard Equipment y de Patagonia, marca fundada para dar cabida a la ropa técnica que, tal y como Chouinard comprobaba personalmente, no había evolucionado demasiado.
Desde los setenta, Patagonia se ha convertido en una solvente empresa textil con sede en Ventura (California). Pese a no tener los precios más competitivos, emplea plástico PET reciclado de millones de botellas para confeccionar tejidos que se comportan adecuadamente en condiciones extremas, así como chaquetas, camisetas, pantalones, ropa interior y complementos que sus usuarios emplean durante años hasta que, en palabras de Chouinard, "(llevar la prenda) se convierte en una cuestión de indecencia". Es decir; hasta que los rasguños pierden su nombre para convertirse en agujeros comprometedores.
Toma de conciencia sobre la destrucción del planeta
Probablemente, como reconoce en Let My People Go Surfing, Chouinard habría sacado a bolsa su compañía, o simplemente la habría vendido, de no haberse sentido obligado a mostrar cómo un negocio puede seguir siendo muy rentable sin optar por las recetas de las escuelas de negocio que hicieron estragos en los setenta y ochenta: competitividad a base de recorte de precios y rebaja en la calidad de los materiales empleados, así como falta de conciencia sobre los daños causados al medio ambiente o a las comunidades de trabajadores.
Como la firma Chouinard Equipment, Patagonia permitía al hombre de negocios Yvon mantener al yo que, seis meses al año, se convertía en salvaje aventurero, así como mantener a centenares de familias dependientes de la actividad desarrollada desde Ventura.
El Yvon aventurero, que no ha parado de viajar por todo el mundo desde finales de los cincuenta, constató sin espacio para la duda el colapso no ya de ecosistemas, sino de regiones enteras del planeta, cada vez más distintas de como él las había conocido.
Objetivo: eliminar la huella de Patagonia sobre la naturaleza
La conciencia sobre la destrucción del planeta llevó a Patagonia a replantearse su existencia. Si la firma iba a seguir adelante, sólo lo haría a su manera.
He aquí los valores que surgieron de una reunión de la compañía en 1991 (extracto resumido de los valores de Patagonia recogidos por la biografía de Chouinard):
Todas las decisiones de la compañía son realizadas en el contexto de una crisis medioambiental. Debemos evitar todo daño a la naturaleza mientras buscamos una constante mejora de nuestros productos. La máxima atención es dada a la calidad del producto, definida en términos de durabilidad y resistencia. Multifuncionalismo, no obsolescencia y el tipo de belleza que emerge de la absoluta adecuación a la tarea para la que ha sido desarrollado. El consejo de dirección (de Patagonia) reconoce que las comunidades exitosas son aquellas que se relacionan de un modo sostenible con el medio ambiente. Sin que por ello sea nuestra prioridad, buscamos el beneficio económico de nuestras actividades. La imposición de la tasa de un 1% de nuestras ventas anuales brutas, o el 10% de nuestros beneficios, como impuesto para mitigar las consecuencias medioambientales derivadas de nuestra actividad. Todos los estamentos laborales de Patagonia potencian actividades proactivas que reflejen nuestros valores, incluido el apoyo financiero para los trabajadores que, ejerciendo una militancia civil no violenta, tengan problemas legales. En nuestras operaciones internas, la gerencia de la empresa trabajará como un grupo que fomente la máxima transparencia. En todos los niveles de nuestra actividad corporativa, potenciamos una atmósfera colaborativa. Patagonia emplea grandes cantidades de botellas recicladas -del inglés Post Consumer Recycled, PCR- para la elaboración de un resistente tejido técnico.
Las prendas viejas de Patagonia pueden ser recicladas en cualquier tienda de la marca por sus propietarios, los cuales consiguen un descuento, además de asegurarse de la reutilización de la prenda que no van a emplear más.
Patagonia fue la primera compañía textil del mundo que elaboró su catálogo comercial, enviado a miles de personas de toda Norteamérica, en papel reciclado. En Let My People Go Surfing, los ejemplos de este tipo se suceden.
One Percent For The Planet
En 2001, Yvon fundó la organización 1% For The Planet, una alianza de empresas que contribuyen libremente con al menos el 1% de sus ventas anuales a financiar grupos y proyectos medioambientales previamente estudiados y aprobados.
En la actualidad, Patagonia publica una memoria anual que recoge las decenas de iniciativas sociales y medioambientales que subvenciona.
Let My People Go Surfing ha sido definido por el prestigioso escritor y profesor de UCLA Jared Diamond (autor del recomendable Premio Pulitzer Guns, Germs, and Steel (1997), Armas, gérmenes y acero en la edición en castellano de Debate) como: "Tres maravillosos libros envueltos en uno solo: una apasionante autobiografía, la historia de una compañía única, y una detallada huella para la esperanza."
Ficha técnica
Título: Que mi gente vaya a hacer surf Autor: Yvon Chouinard Editorial: Desnivel Género: Autobiográfico Páginas: 272 Año: 2006