Pluralismo
El problema del pluralismo surge cuando hay una incompatibilidad de visiones del mundo muy diversas y, al mismo tiempo, se ven forzadas por las diferentes formas de coexistir y velar por la mutua supervivencia.
El pluralismo como abordaje para resolución de conflictos comienza con el reconocimiento del otro, lo que implica la propia identidad. Es decir, considerar al otro, como fuente de comprensión y no solamente como término de inteligibilidad.
El pluralismo no necesita ser resuelto por el mantenimiento de una postura unitaria. Cada grupo humano tiene su propio sistema de coherencia, uniformidad y armonía.
El pluralismo no significa por lo tanto que reconocemos muchos modos diferentes de hacer, pensar y sentir (pluralidad) sino que detectamos muchas formas que no podemos reconocer como los únicos modos de alcanzar un objetivo o dehacer las cosas. El antagonismo solo se dá por ignorancia de una de las partes o de ambas. Cuando se busca la verdad aparecen la convergencia y la voluntad para encontrar soluciones.