Principio de integralidad
La integralidad se sustenta tanto en la biología humana como en la sociobiología. Los seres humanos somos mamíferos gregarios que nos movemos en manadas y todos provenimos de nuestros ancestros africanos que poblaron el planeta hace 300.000 años. Aceptar esta realidad nos permite reconocernos como parte de la Tierra y recorrer juntos el camino de la integralidad. El mundo, como creación humana, también deberá reconocerse parte de la Tierra y sus normas necesariamente tendrán que reflejar las normas de los ecosistemas. Por todo esto es que quizás ya es hora de que comencemos a pensar en “Declaraciones de Interdependencia”, más que en “Declaraciones de Independencia”, reconociendo que las fragmentaciones artificiales de los Estados Nacionales precisan redefinirse desde la integración que nos brindan los ecosistemas, que no reconocen fronteras ni banderas. Quizá ya es tiempo de instalar la visión del “Interés común Global” por encima del “Interés Nacional”, tan utilizado para justificar acciones unilaterales que sólo contentan coyunturalmente a electorados de gobiernos y los intereses privados que los sostienen, y de esta forma volver a ser lo que históricamente siempre fuimos: nosotros – los seres humanos y el mundo – y la Tierra –biósfera– parte de una misma realidad.