Propósito, Misión y Visión
Filosofía
Es más importante saber quiénes somos que hacia dónde vamos, porque nuestro rumbo puede cambiar en la medida en que el entorno cambie, pero nuestra identidad no.
Por lo tanto:
- Nuestra ideología debe ser tener una identidad consistente –quiénes somos–, que defina en forma permanente el carácter de nuestra organización. Debe trascender los servicios que generamos, los adelantos tecnológicos, las modas del management y a quien nos lidere.
- Nuestra filosofía debe servirnos para determinar quién forma parte de la organización y quién no. Debe atraer a personas cuyos valores sean compatibles con los nuestros y repeler a quienes no cumplen con este requisito, e incluso puede hacer que quienes no la comparten se alejen de la organización.
- Nuestra filosofía debe ser el lazo que mantiene unida a nuestra organización mientras crecemos y evolucionamos. Representa nuestros valores sustanciales y nuestro propósito.
Valores sustanciales
- Son nuestros principios guía que no requieren justificación externa ya que para nosotros tienen un valor intrínseco porque son universales.
- Deben ser coherentes con nuestras creencias personales.
- Definen aquello que defendemos y pasan permanentemente la prueba del tiempo ya que están siempre vigentes y lo seguirán estando incluso dentro de 100 años, a pesar de que en algunas circunstancias o períodos puedan llegar a transformarse en una desventaja competitiva.
- Deben ser transmisibles y compartidos con las generaciones futuras, con nuestra familia, compañeros y amigos, porque enseñan cómo se debe vivir y trabajar.
- Deben trascender el ámbito laboral, porque son aquellas ideas que seguiremos manteniendo incluso cuando ya no trabajemos.
- Seguirán siendo nuestros principios guía aún cuando cambiemos de empresa, de trabajo o de país..
PROPÓSITO
- Es la respuesta a la pregunta: ¿Para qué hacemos lo que hacemos?
- Es nuestra vocación, nuestra razón de ser y el alma de nuestra organización.
-Es la motivación idealista por la cual trabajamos. Debe ser lo que contemos orgullosos a nuestras familias o amigos cuando nos refiramos a lo que logramos en nuestro trabajo.
- No es un objetivo, porque los objetivos son alcanzables, mientras que el propósito no lo es. Es una estrella que nos guía y marca nuestro rumbo, siempre perseguido y nunca alcanzable.
- Debe trascender el tiempo y durar más de 100 años. - Si bien no debe cambiar nunca, debe inspirarnos al cambio, ¡siempre!
- Debe ser aquello que nos inspire a seguir trabajando para la organización aunque ya no necesitemos trabajar.
- Es aquello que debe darnos sentido de trascendencia, es decir, que nos motive a estar dispuestos a trabajar por aquello cuyos resultados no vamos a ver, ni nos vamos a llevar.
MISIÓN
Es la respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo que hacemos? ¿A qué nos dedicamos?
Vector fuerza
- La Misión es el centro de nuestro pensamiento y de nuestras acciones.
- Es aquello para lo que trabajamos todos los días, y en lo primero que tenemos que pensar cada mañana cuando llegamos a la oficina, o encendemos nuestra computadora.
- Debe ser importante, audaz, emocionante, competente, comprometedora; debe significar un desafío y servir como punto focal que unifique nuestro esfuerzo.
- No es una apuesta segura ni un objetivo altamente probable de lograr, pero debemos creer que podremos alcanzarlo aunque requiera un esfuerzo extraordinario.
- La formulación de la Misión debe expresarse en una sola oración y ser clara y concisa. Tal como afirma Peter Drucker, la misión debe “entrar en una remera” aun cuando no es un slogan, sino una declaración precisa de nuestro compromiso personal con la tarea a realizar.
VISIÓN
Futuro visualizado
La visión del futuro marca un rumbo, señala un horizonte y determina un destino. Comprende al mismo tiempo un vector fuerza y una visualización de aquello qué sucederá si lográramos alcanzarlo, y también define el alcance del proyecto y la escala de la operación.
Visualización
- Es muy importante que tengamos en claro quién es la persona que toma las decisiones, es decir: que decide el rumbo, la velocidad a la que avanzaremos y establece las prioridades.
- Una vez que hemos definido el rumbo nos ocupemos de mantenerlo, y en la medida en que se vayan produciendo desviaciones, corregirlas inmediatamente, y por sobre todo, corroborar permanentemente que en ningún momento hemos cambiado de cuadrante en la brújula.
- La descripción debe ofrecer una imagen enérgica, vibrante y comprometedora de lo que representará alcanzar este vector. La pasión, la emoción la convicción, la esperanza y la fe son los elementos esenciales de la visión.
- La visualización debe ser tan estimulante por sí misma, que debe continuar motivando a nuestra gente aunque nosotros ya no estemos en la organización.
- Debe dar respuesta a los siguientes interrogantes:
Si estuviéramos sentados aquí dentro de 20 años, ¿qué nos gustaría ver?
¿Cómo se vería nuestra organización?
¿Qué sentiría nuestra gente?
¿Qué deberíamos haber logrado?
Si dentro de 20 años se publicara un artículo sobre nuestra organización, ¿qué debería decir?
DEFINIENDO LA MISIÓN Y EL PROPÓSITO DE LA ORGANIZACIÓN
Diferentes acepciones del término “Misión”:
• Diccionario: “comisión, tarea, deber, asignación”.
• Un llamado interior que conduce a realizar una actividad o desempeñar un servicio. Una vocación.
• Un encargo o asignación especial encomendada a una persona o a un grupo. (por ejemplo, un agente en una misión secreta).
Declaración de la Misión
El enunciado de la misión debe expresarse en una sola oración clara y concisa, donde se describa a la organización (debe constar su nombre, si persigue o no fines de lucro y de qué clase de organización se trata), a qué se dedica y dónde desempeña su labor: nada más que eso.
Algunos piensan que el enunciado de la misión debe acompañarse con la definición de la visión y del futuro de la organización. Eso sería genial. Sin embargo, es mejor comenzar por lo fundamental —la declaración de la misión— para luego arribar a la visión y los objetivos de la organización, que son el resultado de la declaración.
Lo ideal es tener un enunciado simple, fácil de recordar y repetir, que los miembros del consejo directivo, los ejecutivos, el personal y los voluntarios puedan usar para definir la organización donde trabajan y desempeñan sus tareas.
Por ejemplo: “El United Community Center es una organización de servicio humanitario, sin fines de lucro, que provee asistencia de emergencia, guardería, servicios sociales y actividades recreativas para chicos y familias de bajos ingresos en riesgo, en el centro urbano de Atlanta, Georgia”.
Cómo escribir una declaración de Misión
Una declaración de misión debe abordar tres cuestiones:
• Misión: ¿Cuáles son las oportunidades o necesidades que podemos afrontar y qué vamos a hacer al respecto?
• Negocio: ¿Qué vamos a hacer concretamente para encauzar esas necesidades?
• Valores: ¿Qué principios o creencias guían nuestro trabajo?
En este otro ejemplo de declaración de misión vemos los tres elementos de aquello que debe incluirse en su enunciado: “En el Developmental Studies Center desarrollamos, evaluamos y difundimos programas [negocio] que promueven el desarrollo ético, social e intelectual de los niños [propósito]. Al tiempo que cultivamos la capacidad de los niños de pensar en forma competente y crítica, también incentivamos la profundización de su compromiso con los valores pro-sociales, tales como amabilidad, cooperación, responsabilidad personal y respeto por los otros, cualidades que creemos esenciales para llevar adelante una vida humana y productiva en una sociedad democrática [valores].
Además de los tres elementos mencionados, en el desarrollo de la declaración de misión de la organización también es posible abordar las siguientes cuestiones:
• ¿Cuál es el problema o la necesidad que su organización está tratando de encaminar?
• ¿Qué hace única a su organización?
• ¿Quiénes son los clientes beneficiarios de su trabajo?
Declaración de Propósito
La declaración de propósito establece claramente qué busca conseguir la organización. Se obtiene, por lo general, como una respuesta a una de estas preguntas:
• ¿Para qué existe esa organización?
• ¿Cuál es el objetivo último que persigue su trabajo?
• ¿Para qué fue creada?
• ¿Para qué la organización hace lo que hace?
El Propósito es la razón de ser de la organización. En última instancia: “por qué motivo usted quisiera ser recordado”.
Las declaraciones de propósitos incluyen, por lo general, dos expresiones:
• Un infinitivo que indica un cambio de estado, tal como “incrementar”, “reducir”, “prevenir”, “eliminar”.
• Una identificación del problema o condición a cambiar.
Un ejemplo de declaración de propósito podría ser “eliminar la falta de techo”.
En la definición del propósito resulta esencial enfocarse más en los efectos o resultados que en los métodos: ¿Qué haremos para que el mundo sea diferente? ¿Qué hay que cambiar?
Por ende, el propósito de una empresa de asesoría en salud mental nunca podría ser simplemente “brindar servicios de asesoramiento”, ya que eso describe más un método que un resultado. En realidad, el propósito debería ser “mejorar la calidad de vida” de sus pacientes.
Dos recomendaciones a tener en cuenta en el momento de formular el Propósito y la Misión
• Las palabras deben elegirse por su significado más que por su belleza, por su claridad más que por su inteligencia.
• Las mejores declaraciones de misión consisten en un discurso simple, sin tecnicismos ni ornamentos.
Un buen ejemplo es la declaración de la Cruz Roja Internacional: “Servir al más vulnerable”, que se presenta de manera directa y diciendo algo, con un contenido. Su fuerza reside en su concisión y simplicidad.
Declaración de negocio
Esta declaración resume el “negocio”, esto es, las actividades o programas que cada organización elige para alcanzar su propósito. Para establecerla correctamente, se debe responder a la pregunta:
¿Qué actividad desarrollaremos para conseguir nuestro propósito?
Existen, por ejemplo, muchas maneras de trabajar sobre el problema de las personas sin techo: construir casas, educar al público e impulsar el cambio en la política pública de vivienda, o proveer entrenamiento laboral a los individuos sin techo.
Cada una de estas acciones implica un “negocio” diferente, aunque se trata de distintas maneras de alcanzar un mismo propósito.
La declaración de negocio incluye a menudo el verbo “proveer” o se vincula con una declaración de propósito mediante expresiones tales como “por medio de” o “a través de”.
Por ejemplo, “Eliminar la falta de techo a través de la provisión de entrenamiento laboral a los individuos en dicha situación”.
Pero atención: si la palabra “y” está en su declaración de propósito o negocio, formúlese la siguiente pregunta: ¿Estamos realmente comprometidos con las dos ideas relacionadas mediante la palabra “y”, o simplemente no hemos sido capaces de aceptar que una idea es más importante que la otra?
Los valores
Los valores son creencias compartidas por todos los miembros de una organización, que los mueven a esforzarse para llevar adelante su tarea y los guían en el desempeño de su trabajo.
A fin de identificarlos, se necesita responder a la pregunta: ¿Cuáles son las creencias básicas que compartimos como organización?
Entre otros valores, pueden citarse a modo de ejemplo: el compromiso con la excelencia en los servicios, innovación, diversidad, creatividad, honestidad, integridad, etcétera.
La diversidad de los valores adoptados por las organizaciones es amplia y se encuentra alineada con la misión. Entre ellos pueden incluirse creencias tales como “comer vegetales es más eficiente económicamente y responsable ecológicamente que comer carne”, en caso de que la organización sea, por ejemplo, una asociación vegetariana.
En Productive Workplaces, Marvin Weisbord señala que los valores cobran vida sólo cuando los miembros de la organización se hallan involucrados en la tarea de llevar a cabo objetivos importantes. Lo ideal es que los valores personales del individuo se alineen con los valores formulados y tácitos de la organización. Mediante el desarrollo de una declaración escrita de los valores de la organización, los miembros del grupo tienen la oportunidad, no solo de contribuir a la articulación de esos valores, sino también de evaluar en qué medida sus valores y motivaciones personales coinciden con los de la organización.