Congruencia

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Definición RAE:

1. Conveniencia, coherencia, relación lógica.

2. Der. Conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones de las partes formuladas en el juicio.

3. Rel. En la teología católica, eficacia de la gracia de Dios, que obra sin destruir la libertad del ser humano.

Congruencia, del latín congruentia, es la coherencia o relación lógica. Se trata de una característica que se comprende a partir de un vínculo entre dos o más cosas.

En el ámbito del derecho, la congruencia es la conformidad entre los pronunciamientos de un fallo y las pretensiones que las partes habían formulado durante el juicio. Como método racional de resolución de conflictos, el proceso judicial debe alcanzar la concordancia entre la pretensión del demandante, la oposición del demandado, los elementos de prueba y la decisión del tribunal. Dicha concordancia es lo que se conoce como congruencia.

En la religión, la congruencia es la eficacia de la gracia de Dios, con su capacidad para obrar sin interferir en la libertad del ser humano.

La congruencia está relacionada además con la transparencia y autenticidad del ser humano, y se define como aquella cualidad de la persona que actúa en base a sus ideas, creencias y valores más sólidos y que las expresa a través de sus palabras y acciones.

Ser congruente implica ser fiel a uno mismo, de forma verbal y no verbal, así como de hechos, sin recurrir a engaños; es la armonía entre las ideas de la persona y su forma de sentir, expresarse y actuar.

Está estrechamente vinculado con el autoconocimiento y la inteligencia emocional, con saber escucharnos para saber cuáles son nuestros sentimientos y objetivos, lo cual nos aporta mucha más claridad respecto a lo que deseamos o hacia dónde dirigirnos o con qué comprometernos. Es el resultado de un desarrollo individual y de adquirir una responsabilidad personal.

No siempre es fácil ser congruente con lo que pensamos, lo que sentimos y lo que en realidad hacemos.

Podemos estar muy convencidos de nuestra adhesión a valores como la honestidad o la igualdad entre los seres humanos, y haberlo razonado juiciosamente, en abstracto. Sin embargo, cuando enfrentamos situaciones reales que involucran a personas cercanas, podemos experimentar sentimientos contradictorios, que chocan a veces con los valores que usualmente defenderíamos. También cuando sentimos nuestros intereses personales amenazados o en conflicto con los de la mayoría, podemos olvidar o poner en duda nuestros ideales. La manifestación de incongruencias entre pensamiento, emoción y acción no es rara. Muchos conflictos que enfrenta la humanidad tienen que ver con ello: valores e intereses opuestos de personas, naciones, religiones, razas, tendencias políticas o económicas que luchan entre sí.

En el plano personal, la incongruencia de nuestros valores se manifiesta de esa misma forma: no hay armonía ni concordancia entre pensamiento, emoción y acción. Y tal vez no tenga que haberla de manera rígida ni absoluta, sino más bien de manera consciente, razonada y justa.

Beneficios de la congruencia

  • La congruencia con uno mismo es como el baile armonioso de nuestras creencias, pensamientos, sentimientos y acciones. Es la alineación perfecta entre lo que somos por dentro y lo que mostramos al mundo.
  • Implica estar en paz con nosotros mismos, no tener conflictos internos entre lo que pensamos y hacemos. Esto nos permite sentirnos más seguro, confiados y en equilibrio emocional.
  • Ser congruente implica ser fieles a nosotros mismos, actuar de acuerdo con nuestros valores, creencias y principios. Esto nos ayuda a cultivar una identidad sólida y atraer a personas que nos acepten tal como somos.
  • La congruencia también se refleja en la forma en que nos relacionamos con los demás. Cuando somos coherentes en nuestras palabras y acciones, generamos confianza y fortalecemos los vínculos interpersonales.
  • Nos ayuda a definir nuestras metas de manera clara y precisa. Al alinear nuestras acciones con nuestros objetivos, aumentamos la probabilidad de alcanzar aquello que nos propongamos.
  • Si bien la congruencia es importante, también es necesario ser flexible y adaptarse a las circunstancias cambiantes de la vida sin perder nuestra esencia.
  • El proceso de alcanzar la congruencia interna puede requerir autoexploración y autoconocimiento. Es fundamental recordar que cada persona es única y que el camino hacia la congruencia puede ser diferente para cada individuo.