Imparcialidad
Definición RAE
1. Falta de designio anticipado o de prevención en favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar o proceder con rectitud. |
La imparcialidad es la capacidad de actuar o juzgar sin dejarse influir por prejuicios, intereses personales o favoritismos. Es un principio fundamental de la justicia, ya que permite tomar decisiones objetivas, basadas únicamente en los hechos relevantes y en criterios racionales y equitativos.
Una persona imparcial no se deja llevar por simpatías, vínculos personales ni conveniencias al momento evaluar una situación o resolver un conflicto. En cambio, se esfuerza por mantener una mirada clara, equidistante, orientada al bien común o a la verdad.
Como valor, la imparcialidad es esencial en contextos donde se toman decisiones que afectan a otros: la justicia, la política, la educación, los medios de comunicación, la función pública y también en la vida cotidiana. Implica responsabilidad, honestidad y compromiso con la equidad.
El conocido principio de que "no se puede ser juez y parte" resume la importancia de evitar los conflictos de interés. Nadie puede aspirar a tomar una decisión justa si sus propios intereses están en juego. Por eso, la imparcialidad se exige especialmente a quienes ejercen algún tipo de poder o autoridad.
Muchos sistemas jurídicos y constituciones nacionales consagran el principio de imparcialidad como base del ejercicio de la función pública. Se espera que todo funcionario actúe en función del bien común, y no en beneficio propio o de un grupo determinado. Cuando este principio se vulnera, se cae en prácticas corruptas o arbitrarias que lesionan la confianza ciudadana y el orden democrático.
Beneficios de la imparcialidad
- La imparcialidad no es solo una exigencia en ciertos cargos o profesiones, sino también un valor personal que fortalece el sentido ético y el respeto por los demás.
- Permite tomar decisiones equilibradas, que respetan los derechos de todas las partes involucradas.
- Las personas confían más en instituciones o individuos que actúan con imparcialidad.
- Al evitar favoritismos, previene abusos de poder y protege a la sociedad de decisiones sesgadas o arbitrarias.
- Promueve la convivencia social, ya que ayuda a resolver conflictos de manera pacífica y justa, reduciendo tensiones.
- Practicar la imparcialidad nos obliga a salir de nuestro egocentrismo y a considerar con empatía las perspectivas ajenas.
- Un líder imparcial gana autoridad y legitimidad, pues es percibido como alguien justo y confiable.