Amartya Sen Premio Nobel de Economía

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Premio Nobel de Economía para Amartya Sen


El economista de origen indio ha conmocionado las visiones tradicionales de la teoría del desarrollo.
Robert Solow, Premio Nobel de economía describió hace algunos años a Amartya Sen como "la conciencia moral" de la profesión económica. La Academia sueca al laurearlo con el Nobel destacó que "combinando instrumentos de economía y filosofía ha restaurado una dimensión ética en la discusión de problemas económicos vitales".
Armado de poderosas herramientas de análisis epistemológicas, metodológicas y econométricas, el nuevo Nobel ha revolucionado áreas clave de la economía, como la teoría de la elección social, la medición de la pobreza, los estudios sobre inequidad, las causas del hambre y, en definitiva ha conmocionado las visiones tradicionales del desarrollo. Sus planteos han impulsado una agenda no convencional en economía, que tiene como foco las penurias de los vastos sectores de población en pobreza. Las causales de ésta y las alternativas para enfrentarlas.

La extensa producción de Sen es una invitación a un debate abierto, basado en las realidades históricas, superador de dogmas y clichés. Para Sen, el progreso no puede medirse con los usuales productos brutos per cápita. Es necesario avanzar hacia una visión más amplia y real de qué son progreso y pobreza. Debe examinarse cuáles son las "capacidades de funcionamiento" de las personas en la vida. Cómo el contexto social les permite, o no, satisfacer desde las necesidades básicas de nutrición, salud, vivienda, hasta las de cultura, participación, desarrollo, productividad, tener una vida estimulante, autoestima. Todo ello puede y debe medirse. Hay progreso cuando hay avance en esas capacidades. Sus contribuciones fueron de gran utilidad para la elaboración del Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Para el Nobel, la historia de las últimas décadas muestra que sin desarrollo social no hay desarrollo económico sostenido. Los países exitosos económicamente han efectuado fuertes y continuadas inversiones en su población, han acumulado "capital humano" reconocido hoy como clave central del crecimiento sólido y la competitividad. El desarrollo social facilita un crecimiento económico rápido y participativo.

Las interrelaciones entre desarrollo económico y social deben explorarse a fondo. Los déficits de nutrición, salud y educación de amplios grupos humanos se pagan con graves incapacidades de funcionamiento personal, pero además, con agudas trabas para el desarrollo. Por otra parte hay efectos de la inversión social que van más allá de la productividad, inciden sobre todo el modelo de sociedad. Por ejemplo, los avances en educación y empleos de las mujeres reducen la discriminación de género ampliamente presente en el mundo.
El tema de la equidad es vital. Supera ampliamente a la sola desigualdad en la distribución de los ingresos. Hay que estudiar los múltiples tipos de inequidad y medirlos. Las sociedades con buenos niveles de equidad y servicios públicos para todos de calidad en campos como servicios de salud, atención médica a la comunidad y educación básica han alcanzado esperanzas de vida muy superiores a otras en diversos casos con Producto Bruto y per cápita mucho mayor. Entre los ejemplos favoritos de Sen de sociedades modestas, humanamente exitosas, se hallan Costa Rica y el Estado de Kerala en la India.
Hambrunas

Sus pioneros análisis dan nueva luz sobre las causas de las hambrunas. No derivan sólo de la falta de alimentos. Influyen factores como las desigualdades, las posibilidades de acceso a alimentos, dados los precios relativos de los bienes, las oportunidades de trabajo de los desfavorecidos y otros.
Sen rebate la idea de que las dictaduras son más eficientes en economía. No es así; la democracia debe ser el proyecto. Entre otros aspectos observa que en las democracias reales y con prensa libre no puede haber hambre masiva por la presión de la opinión pública. Una democracia activa crea fuertes "incentivos políticos" para la búsqueda de soluciones en lo social.
Para Sen, la economía moderna "ha sido sustancialmente empobrecida por la distancia creciente entre economía y ética". Entre otros aspectos es unilateral y errónea la visión de que los seres humanos sólo buscan maximizar su interés personal difundida en la economía actual. "Es extraordinario -subraya- que la economía haya evolucionado por una vía que caracteriza la motivación humana de un modo tan estrecho." La gente real es mucho más rica y compleja. Está afectada "por la resonante cuestión de cómo debería uno vivir". Los valores la influyen y es necesario superar la visión circulante y recuperar el análisis de las imbricaciones entre economía y ética. Puede ser un camino difícil pero "las recompensas son muy grandes".

Surge de la magna obra de Sen, muy limitadamente difundida en América latina a pesar de su trascendencia mundial, el perfil de una "economía con rostro humano". Parece cada vez más imprescindible aceptar esta provocación magistral a reabrir el debate sobre el desarrollo.