Complementación entre la gestión por objetivos y la gestión por subjetivos
¿Enfocarnos en los objetivos o en las personas?
Toda obra compartida, eso significa una familia, una empresa, una comunidad, necesita objetivos, y para ellos necesita planes. ¿Pero quienes van a realizar esos planes, quienes van a alcanzar esos objetivos? Personas.
Personas que tienen sus propios sueños, defectos anhelos y esperanzas.
Nosotros no somos distintos del resto de los seres humanos.
Podemos tener las mejores ideas, los mejores planes, pero los mismos tendrán que ser ejecutados por otras personas, que muchas veces somos nosotros mismos, y que llevamos nuestra propia historia. Cada uno en su historia tiene cualidades y defectos, esperanzas, heridas, miedos y fortalezas.
Por eso, en una organización social, como en una empresa o cualquier otra obra en la que entremos seres humanos, constantemente hay que estar mirando lo que hay que hacer, que es un poco lo que tenemos en los objetivos que nos hemos planteado, pero también, quienes somos nosotros, los que lo vamos a hacer.
Son las dos miradas siempre necesarias, la mirada a las personas con sus historias, y la mirada a los problemas y sus soluciones.
Cuando una persona mira solo problemas y tiene grandes ideas, que pueden llegar a transformarse en grandes soluciones, se le puede olvidar que hay personas que están ahí. Incluso puede pasar por encima de las personas, pero cuando maltratamos a las personas, o cuando no les damos aquello que están necesitando, las mejores ideas se frenan, y los que hubieran podido ser nuestros mejores aliados, seguramente se van a convertir en obstáculos que cada vez hacen más difícil la marcha.
Por otro lado, si en vez de enfocarnos en los problemas solo nos enfocamos en las personas, es posible que logremos gran amistad y un muy buen grupo de amigos, pero las tareas y los objetivos van a avanzar muy poco.
La gran sabiduría es poder trabajar al mismo tiempo en los objetivos y en las historias, en lo que hay que hacer y con quien hay que hacerlo, y estas son las características de los grandes líderes, que saben mirar tanto la tarea como la historia, la tarea que supone la ejecución de planes, y la historia, que es la historia de las personas que van a ejecutar dichas tareas y los planes que nos permitirán alcanzar los objetivos.
Por lo tanto, además de conocer las historias de vida de las personas que van a conformar nuestro equipo de trabajo, también deberemos enfocarnos en trabajar en el diseño de la vincularidad entre estas personas, ya que en la forma en la que se desarrollen estos vínculos, dependerá en gran medida nuestra capacidad de poder llevar adelante las tareas y los planes o no.
En este sentido, además de enfocarnos en los objetivos y las personas, también debemos enfocarnos en el tipo de vínculo y sus características, que vamos promover dentro de nuestro equipo humano, es decir, cómo vamos a vincularnos para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto. Este cómo, nos remite a una nueva dimensión de la gestión, que es la gestión por subjetivos.