Economía ecológica

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La economía ecológica (en adelante EE) se define como la "ciencia de la gestión de la sustentabilidad" o como el estudio y valoración de la (in)sostenibilidad. No es una rama de la teoría económica, sino un campo de estudio transdisciplinar, lo que quiere decir que cada experto de una ciencia, por ejemplo, biología, conoce un poco de economía, física u otras, con la finalidad de comunicarse entre investigadores y realizar una fusión de conocimientos que permita afrontar mejor los problemas, ya que el enfoque económico convencional no se considera adecuado. Sin embargo, esta ciencia está abierta también a no científicos.

En ocasiones se le denomina economía verde o enfoque ecointegrador o bioeconomía, y se encuentra en amplio contraste con las escuelas de pensamiento de la economía convencional (mainstream economics) o economía neoclásica.

El problema básico que estudia la EE es la sostenibilidad de las interacciones entre subsistemas económicos y el macro sistema natural. Dicha sostenibilidad entendida como la capacidad de la humanidad para vivir dentro de los límites ambientales, es enfocada como metabolismo social: la sociedad toma materia, energía e información de la naturaleza, y le expulsa residuos, energía disipada e información que aumenta la entropía.

La EE, por lo tanto, estudia las relaciones entre el sistema natural y los subsistemas social y económico, incluyendo los conflictos entre el crecimiento económico y los límites físicos y biológicos de los ecosistemas, debido a que la carga ambiental de la economía aumenta con el consumo y el crecimiento demográfico. Los economistas ecológicos adoptan posturas muy críticas con respecto al crecimiento económico, los métodos e instrumentos de la economía tradicional y los desarrollos teóricos que proceden de ésta como la economía ambiental y la economía de recursos naturales.

El interés en la naturaleza, la justicia y el tiempo son características definitorias de la EE, aspectos que son dejados de lado por la economía convencional.

Características

En resumen, las ideas básicas de la EE son:

• La economía está incrustada en la naturaleza, existen límites al crecimiento material y problemas ambientales críticos. La escala de la economía ha podido sobrepasar su tamaño sostenible afectando la resiliencia de la misma.

• El trabajo transdisciplinar, el pluralismo y la visión holística del mundo son fundamentales para enfrentar los problemas ambientales. Ninguna disciplina aislada proporciona una perspectiva suficiente ante la magnitud y complejidad de la problemática ambiental planetaria.

• La naturaleza es el soporte vital de la humanidad. Nos faltan conocimientos sobre la naturaleza y las relaciones entre las sociedades y su medio ambiente. Por ello existe incertidumbre respecto a las consecuencias de nuestras acciones, lo que a su vez supone adoptar principios precautorios y enfoques abiertos a la participación social ya que el conocimiento científico es insuficiente.

• El uso de la teoría de sistemas, proveniente de las ciencias naturales, permite comprender la dinámica y evolución de los problemas.

• Las cuestiones de equidad y distribución inter e intrageneracionales son fundamentales.

• La naturaleza tiene un valor por sí misma, independientemente de su uso o utilidad para los humanos.

• La economía está integrada en sistemas culturales y sociales más amplios, de tal manera que naturaleza, economía y sociedad co-evolucionan. Los aspectos sociales y culturales adquieren mucha importancia.

Otras bioeconomías

No debe confundirse esta corriente con otra proveniente de la de economía convencional (neoclásica), ligeramente posterior en el tiempo, denominada también bioeconomía. Fue fundada por economistas de la Escuela de Chicago como Gary Becker, Jack Hirshleifer y Gordon Tullock, quienes aplicaron el análisis neoclásico (escasez, competencia, egoísmo) para explicar la conducta en temas sociales como el matrimonio, el crimen, el racismo y hasta el comportamiento de otros seres vivos.

Es el llamado imperialismo económico, que consistiría en introducir los principios neoclásicos de competencia y maximización en otras ciencias, como la biología, hasta convertirlas en economía, según Hirshleifer. Tal reduccionismo ha recibido críticas también desde la biología pues la naturaleza no maximiza y la competencia es sólo un aspecto.

Por otro lado, estos autores basan tales características en la genética, afirmando, por ejemplo, que cuando sean identificados los genes de los deseos humanos se sabrá qué política tendrá efecto, olvidando completamente la cultura.

Esta corriente no está relacionada con la EE, pero se presta a confusión con facilidad.

Potencia teórica y debilidad institucional de la EE

El conservadurismo social y político perjudica a la libertad y difusión de nuevas ideas. La reacción a los atentados del 11S incrementó las dificultades para las propuestas de la economía crítica.

El predominio de la escuela neoclásica, la fragmentación que se está produciendo en el entorno de la EE y la aparente diversidad en la economía convencional (dado que sus postulados básicos apenas se discuten), son algunos de los factores que promueven la aparición de múltiples corrientes y etiquetas, por ejemplo: evolutionary economics y neuroeconomics respectivamente.

Esto crea una bruma confusa de superficiales reformulaciones de los principios neoclásicos (y la correspondiente abundancia de siglas y asociaciones en competencia) que carecen de la profundidad de la EE, representando más bien intercambios limitados entre disciplinas (algo muy frecuente en la historia de la ciencia), la focalización en aspectos particulares (como feminist economics) hasta mero oportunismo en busca de promoción profesional por parte de algunos (publica o perece). Todo ello, según ciertos autores, contribuye a enterrar los intentos serios de crítica y puede confundir a las personas interesadas.

El conservadurismo político de las últimas décadas también ha contribuido a desgastar la renovación conceptual que promueve la EE. Porque la apertura de las comunidades científicas hacia la crítica y la renovación va de la mano de la impugnación del status quo social y político. Dispersión que también puede relacionarse con los conflictos y dificultades internas y externas encontradas por la EE para su consolidación y expansión desde finales de los años 90. H. Daly, consciente de esta debilidad, afirmó que si puedes convertir al Papa has dado un gran paso, refiriéndose a la búsqueda de apoyo entre los economistas destacados de la economía convencional. Sin embargo, también mostró su preocupación por algunos intentos de absorción por parte de la economía convencional ahora que este campo resulta atractivo y tiene reputación profesional.

En el interior de la EE existen tensiones respecto al desarrollo de este campo de acción. Así, una parte de sus adherentes, principalmente economistas, desean profundizar en la crítica hacia la economía neoclásica mientras los científicos naturales en general buscan cooperar con ella. Algunos miembros quieren que la transdisciplinariedad sea el elemento definitorio de la EE mientras otros lo encuentran demasiado amplio. También existe división en torno a la prioridad de los modelos económico-ecológicos y su valoración, mientras otros recalcan los estudios socioeconómicos o el intercambio desigual. Se discute la preeminencia de la ecología sobre otras disciplinas naturales y la necesidad de atraer más científicos naturales.

Es de notar que la alusión a la fe como principal baluarte de la economía neoclásica es frecuente en algunos economistas críticos ante la imposibilidad de establecer un debate riguroso y parejo sobre sus principios. Un aspecto relacionado con la relativa debilidad política e institucional de la EE es el riesgo de subordinación a la economía ambiental y de los recursos naturales, como propuso abiertamente David Pearce en la conferencia inaugural de la ESEE en 1996 y que fue muy criticado. Lógicamente, según muchos autores, debiera ser al contrario. Un ejemplo es su presentación como una corriente o etiqueta adicional junto a la economía ambiental y la de recursos naturales.