Innovación sistémica
Una visión sistémica nos permite comprender que nuestras decisiones organizacionales no tienen sólo consecuencias económicas, sino también sociales y ambientales. Para conseguir esa visión sistémica se deben cumplir con los siguientes 7 pasos:
- Mirar globalmente. No centrarse en las partes, sino en el todo.
- Identificar conexiones entre las distintas partes del sistema. Eso permite comprender la complejidad del mismo y las distintas visiones.
- Desarrollar diferentes perspectivas de observación. Distintos enfoques permiten una mejor comprensión.
- Todos los modelos detectados son verdaderos (o todos son falsos), pero algunos son más útiles que otros, es necesario testearlos.
- Dentro del análisis, considerar diferentes escalas temporales, eso aumenta la capacidad de descubrir diferentes perspectivas.
- Desarrollar distintas acciones en diferentes perspectivas y dimensión de comprensión para identificar patrones del sistema y entender cuales están bloqueando la evolución del cambio.
- Aprender constantemente sobre el sistema y cómo ser más efectivo en él, puesto que estamos en un entorno en constante evolución.
Una perspectiva sistémica ayuda, entonces, a comprender mejor nuestro escenario y a ser más relevante en él. Teniendo esto en cuenta, resulta interesante trabajar con modelos de desarrollo que tengan este enfoque. Es el caso de Sistema B y las Empresas B, que tienen el foco en un problema a resolver, con impacto territorial y escala global. Un modelo de empresas que juntas construyen un nuevo sistema económico, que parten de un propósito y que no están centradas únicamente en el mercado como tal, sino que entienden que hay un impacto directo de sus decisiones y actuaciones comerciales en el entorno.
Los modelos actuales de desarrollo y gestión van a centrarse cada vez más en este enfoque globalizador y sistémico. Metodologías como el Design Thinking y la innovación abierta, ya tienen en cuenta esta visión centrada en problemas a resolver a la hora de desarrollar productos y servicios innovadores entendiendo que el cliente o beneficiario es un ser humano al que afectan nuestras decisiones y acciones comerciales u organizacionales desde una perspectiva más amplia que la mera compraventa y uso.
Al final se trata de diseñar y ejecutar modelos transversales, conscientes de sus impactos fuera de los límites tradicionales de la industria o sector, y a veces no dimensionados, controlados o queridos. Y no es sólo por un tema de altruismo o filantropía, se trata de aplicar la innovación abierta para que el propio sistema nos haga evolucionar, siendo más más eficientes en nuestros modelos, prácticas y procesos para escalar el triple impacto (económico, social y ambiental).
A continuación, 6 pasos para la innovación sistémica y su planificación: