La regla del silencio incómodo
Si alguna vez te has arrepentido de hablar sin pensar, te contamos cómo funciona una singular regla que algunos de los que manejan las mayores empresas del mundo han aplicado en su ambiente laboral y frente al público.
Cuando nos apresuramos en dar una respuesta, las cosas pueden salir mal, y por eso no sería extraño que más de una vez te hayas arrepentido de hablar sin haber pensado lo que ibas a decir.
Hay una estrategia que conocidos emprendedores como Tim Cook, director ejecutivo de Apple, y Jeff Bezos, fundador de Amazon, han puesto en práctica, precisamente para concentrar toda su atención en sus palabras. Se trata de la “regla del silencio incómodo”, un concepto desarrollado por Justin Bariso, consultor y autor del bestseller “EQ Aplicado, Guía para la Inteligencia Emocional en el Mundo Real”. Consiste en que cuando te enfrentas a una pregunta desafiante, en vez de responder de inmediato, haces una pausa y piensas profundamente cómo quieres responder.
¿Por qué es incómodo?
Porque la pausa puede ser de 10 segundos, 20, o incluso más tiempo, haciendo que el interlocutor se sienta desconcertado, si no está acostumbrado a este tipo de interacciones. En diálogo con BBC Mundo, Bariso cuenta que Tim Cook es conocido por hacer largas pausas que, en el contexto de un diálogo, se pueden volver muy incómodas. También lo hace Jeff Bezos, aunque su estilo –agrega Bariso– sigue una manera metódica: al principio de las reuniones se toma un tiempo largo para leer informes en silencio antes de iniciar el diálogo.
“Mentes inteligentes como Tim Cook o Jeff Bezos acogen la regla del silencio incómodo”, dice Bariso. “Esta regla siempre ha sido una herramienta valiosa de la inteligencia emocional, porque te permite equilibrar el pensamiento y la emoción, en vez de reaccionar basado solo en los sentimientos”.
El silencio de Steve Jobs
Tim Cook y Jeff Bezos no son los únicos directores de empresas que han utilizado la regla del silencio incómodo. En una ocasión, Steve Jobs se tomó cerca de 20 segundos en contestar un ataque personal, entregando una respuesta contundente.
Era 1997 cuando Jobs –que recién había regresado a Apple– participaba en una conferencia con desarrolladores. Una persona del público lo atacó diciéndole, “no sabes de lo que estás hablando”. Lo primero que hace Jobs es quedarse sentado en silencio. Y pensar.
En un tiempo que seguramente parecía una eternidad para la audiencia en el contexto del ataque y la esperada respuesta, Jobs tomó un poco de agua y cerca de 10 segundos, comenzó a responder.
“Tú sabes”, le contesta. “Puedes agradar a algunas personas en algunas ocasiones, pero…”, Jobs vuelve a hacer una pausa como de ocho segundos.
Luego continúa con su respuesta. “Una de las cosas más difíciles cuando estás tratando de lograr un cambio es que, personas como este caballero tienen razón… en algunas áreas”. Ese es el inicio de una larga respuesta que dejó al público deslumbrado. Pero más allá de las habilidades de Jobs para responder al ataque y plantear su visión a largo plazo, una de las cosas que destaca Bariso es la duración y efectividad de esa técnica discursiva.
8 beneficios
La inteligencia emocional, agrega, se refiere a la capacidad de entender y manejar las emociones. Cuando estamos bajo presión, hablamos y actuamos de una manera diferente a cuando tenemos tiempo de analizar las cosas.
“Yo tiendo a hablar demasiado rápido y me he metido en problemas por eso”, cuenta el autor.
Esa fue una de las razones por las que Bariso decidió entrar al campo de la inteligencia emocional. Y cuando practicas la regla del silencio incómodo por un tiempo suficiente, agrega, “dejarás de sentirte incómodo”. Estos son algunos de los beneficios que puede proveer la práctica regular de esta regla, según Bariso:
- Silenciar el mundo exterior.
- Ejercitar tu pensamiento.
- Llegar a la raíz de los problemas con mayor efectividad.
- Dar respuestas mejor pensadas, más profundas.
- Equilibrar tus emociones.
- Estar en armonía con tus valores y principios.
- Decir lo que realmente quieres decir.
- Aumentar tu confianza.
Una de las dudas que genera esta regla es si efectivamente cualquier persona puede implementarla. No solamente por la capacidad personal de ponerla en práctica, sino porque en contextos formales puede generar un rechazo por parte de las demás personas. Es decir, no todos somos Cook, Bezos o Jobs. Y lo que en algunas personas puede parecer muy interesante, en otras podría llegar a ser visto como insólito, inadecuado, o completamente fuera de lugar.