Liderazgo ético

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El liderazgo ético es una estrategia directiva que se centra en procurar que se sigan conductas adecuadas, regidas por la ética, los derechos y la dignidad de los demás. Este liderazgo motiva a los colaboradores a comportarse a la altura de los valores de la empresa. Los líderes son ejemplos a seguir y deben mostrar integridad con un comportamiento basado en valores no solo en el trabajo, sino también en todas las áreas de su vida, aunque sus empleados no estén presentes.

Principios del liderazgo ético

Existen cinco principios clave que persigue el liderazgo ético:

1. Honestidad

Conducirse de manera honesta significa siempre hablar con la verdad. Un líder ético busca conducirse con honestidad y valora la integridad. Implícitamente, se convierte en un modelo a seguir e inspira confianza en los demás.

2. Respeto

Conducirse con respeto hacia los demás, sin importar su rango, demuestra que todos son igual de importantes y valiosos dentro de la organización. Incluso cuando es necesario un llamado de atención, este debe basarse en el respeto.

3. Justicia

La equidad y la justicia también son factores que se deben observar en el liderazgo ético. La toma de decisiones debe ser objetiva, sin beneficiar a un empleado o grupo sobre los demás. Todos merecen recibir el mismo trato, las mismas recompensas y las mismas consecuencias de sus acciones.

4. Comunidad

Los líderes éticos son altruistas. Valoran el bienestar de su equipo y organizan actividades que favorecen la integración, tales como formación, tutoría y eventos recreativos de socialización. Para estos líderes, las metas de la empresa tienen el mismo valor que los objetivos individuales de cada miembro del equipo.

5. Integridad

Este tipo de líder tiene un propósito moral fuerte, demuestra los valores en los que cree a todos los que le rodean y actúa conforme a ellos en todo momento. Un líder íntegro generalmente atrae a empleados igual de honestos y éticos. Los inversionistas y clientes no dudarán en confiar en una persona con estas cualidades.

Impacto del liderazgo ético en una organización

El liderazgo ético genera un entorno positivo que favorece la productividad y el bienestar. Esta atmósfera se da en todos los niveles:

  • Bienestar individual. Para lograr la salud organizacional, hay que empezar a nivel individual. Un líder ético es una poderosa influencia en los miembros de una organización que, sin dudar, siguen su ejemplo. Al conducirse todos de forma íntegra y honesta, se generan mejores relaciones que favorecen la buena comunicación, el bienestar y, por consiguiente, se eleva la productividad.
  • Bienestar grupal. El liderazgo ético suele mejorar las relaciones entre colegas. Cuando las personas se llevan bien entre sí es más sencillo el trabajo en equipo y el bienestar general.
  • Salud organizacional. Cuando se respira un ambiente de respeto, el apoyo mutuo permite el crecimiento personal y grupal, y contribuir a los objetivos de la organización. La salud organizacional no solo aumenta las ganancias operativas, también prepara a los empleados para sobresalir en un panorama competitivo.

Cómo implementar el liderazgo ético en una empresa

Existen ciertas acciones que pueden promoverse dentro de una empresa para que esta opere de acuerdo a principios y valores éticos, y para que sus líderes se conduzcan con integridad de acuerdo a ellos.

1. Predicar con el ejemplo

El primer paso es establecer estándares. Un líder ético suele tener altas expectativas para su equipo, pero no debe limitarse a explicar los valores a seguir y metas a alcanzar. La mejor manera es mostrarles el camino recorriéndolo primero. Este líder debe convertirse en aquello que espera de los demás.

2. Defender la importancia del comportamiento ético

Los estándares éticos deben ser la bandera de un líder, quien se esforzará en educar a su equipo sobre la importancia de una conducta éticamente apropiada, tanto en las acciones personales como en las relaciones interpersonales. Una de las funciones más importantes del líder debe ser modelar el comportamiento moral de su equipo exponiendo las ventajas que esto ofrece. En el corto plazo, el liderazgo ético eleva la moral de los empleados, aumenta la colaboración y el bienestar. A largo plazo, se evitan situaciones que pudieran afectar la buena imagen de la empresa, y se obtienen más y mejores relaciones de negocios.

3. Tomar decisiones basadas en valores

En una toma de decisiones, cualquier opción debe ser evaluada conforme a los criterios éticos de la organización. Para lograrlo, el proceso debe incluir una investigación a fondo del problema, de las posibles soluciones y de sus consecuencias. A mayor información de calidad, se tendrán más elementos para identificar si una decisión se ajusta a los valores y misión de la empresa.

4. Tolerancia cero a las faltas éticas

Debido a que el líder debe conducirse de acuerdo a los valores éticos dentro y fuera del trabajo, y exigirá para su equipo el mismo estándar, no se deben tolerar conductas que vayan en contra de esos valores fundamentales. Es importante dejar muy claro el tipo de acciones que no se tolerarán, por ejemplo, actos de corrupción o atentar contra la dignidad de algún compañero. Implementar una política de tolerancia cero a las faltas éticas sirve para transmitir las expectativas de la empresa hacia sus empleados.

5. Practicar la justicia y el respeto

Un líder ético es un modelo a seguir, y siempre debe practicar la justicia y el respeto hacia los demás. No debe tener favoritismos y todos deben recibir el mismo trato. El líder debe ser comprensivo y empático, para comprender los puntos de vista de cada uno de los miembros de su equipo.

6. Cultivar la conciencia externa

La conciencia externa es la capacidad de pensar más allá de nuestro propio universo personal: pensar en lo que hacemos y en cómo afecta a otras personas y a la sociedad en su conjunto. La Declaración sobre el propósito de una corporación, publicada por la Business Roundtable en agosto de 2019, delineó cinco compromisos con todos sus grupos de interés: entregar valor a nuestros clientes, invertir en nuestros empleados, tratar de manera justa y ética con nuestros proveedores, apoyar a las comunidades en con las que trabajamos y generar valor a largo plazo para los accionistas. Este enfoque sienta una base ética poderosa para cualquier líder.

7. Contratar empleados éticos

Durante el proceso de contratación, uno de los factores a tomar en cuenta en un liderazgo ético es que los valores de los candidatos estén alineados con los de la empresa. El objetivo es mantener una cultura organizacional respetuosa conformada por un equipo diverso que comparta los mismos ideales y se conduzca de acuerdo a las mismas reglas morales. Para construir una empresa basada en la ética, los valores deben guiar la toma de decisiones, el comportamiento interno y los procesos de contratación. Estos mismos valores no se quedan dentro de las cuatro paredes de la oficina, sino que acompañan a los líderes en cada una de sus acciones. Los colaboradores deben aprender de lo que el líder hace, y no solo de lo que predica. Y estos han sido los cimientos clave del liderazgo ético empresarial.

Beneficios del liderazgo ético en las empresas

Las ventajas que comporta el liderazgo ético son numerosas. A continuación, se destacan las más importantes:

  1. Mejora la reputación de la empresa. Como es obvio, una entidad que muestra preocupación por sus trabajadores y para la cual son más importantes que los propios resultados, crea un ambiente mucho más agradable que tiene un gran impacto en la construcción de la imagen de marca. Como consecuencia de esto, la empresa atrae mucho más talento y consigue evitar la temida fuga de cerebros.
  2. Se convierte en un elemento diferenciador para los clientes, que siempre van a preferir elegir empresas en las que se respira un buen ambiente y se respeta a sus empleados. De hecho, este tipo de gestión puede incluso convertir a una compañía en un referente en su sector.
  3. Mejora los resultados de la empresa. Cuando los empleados se sienten considerados, no solo están mucho más motivados, sino que, además, su compromiso con la compañía aumenta. De esta forma, una gestión ética contribuye a generar una mayor sensación de pertenencia y conllevar un incremento en la productividad.

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