Modelo de circularidad M8
Texto extraído del libro Mayonesa, estrategia, cognición y poder competitivo del profesor Dr Alberto Levy con la colaboración de Carolina Baravalle.
Hemos denominado M8 al modelo de la circularidad que se produce entre: misión, mística, marca, método, mente, maniobra, momentum y métrica.
Esta circularidad sistémica es la base de la estrategia ejecutable.
Al aplicarlo se puede comenzar por cualquiera de los ocho elementos, según cuál sea el foco de la problemática de la organización. Por ejemplo, si el problema estuviera asociado a la posibilidad de implementación de la estrategia, comenzaría por maniobra y momentum.
Este es el manejo del cambio, el proceso de diagnóstico, el funcionamiento de las organizaciones, sus estrategias y sus operaciones, el planeamiento de las acciones de cambio, la implementación de las alteraciones necesarias en el carácter y el funcionamiento de la organización, y el monitoreo de las intervenciones realizadas. Esto es lo que hace EJECUTABLE la estrategia.
El modelo de circularidad M8 no es una visión sintética o reduccionista que algunos tienen de la gestión de cambio.
Muchas veces se supone erróneamente que “vamos a cambiar a la gente” para que no le tenga miedo, ni ofrezca resistencia al cambio. El verdadero change management es comprender que la gente ES el cambio, no para reducir sus resistencia, sino para aprovechar todos juntos la pasión del alineamiento tras un sueño común.
Por lo tanto, el modelo de circularidad M8 es el involucramiento real y concreto con la máxima participación individual y grupal, para hacer ejecutable la estrategia desde los conceptos de organización y la organicidad que ofrece este modelo sistémico.
Nota del consultor:
Es muy probable que cuando preguntemos a qué se dedica la organización, surjan miradas e interpretaciones muy diferentes respecto de aquello que acostumbramos a llamar “la realidad”.
Esto es lo que comúnmente se conoce como “dispersión cognitiva”, y resulta muy perjudicial para la organización en su conjunto.
Para poder identificar el grado de dispersión cognitiva que existe dentro de la organización, es decir, para poder descubrir las distancias que existen entre las diferentes percepciones y mapas mentales de sus miembros en el momento de tener que describir el accionar de la misma –aquello que comúnmente llamamos “la realidad”–, reuniremos al equipo de trabajo para hacer un ejercicio basado en los diagramas de Venn que nos permitirá comprender las características y los alcances de dicha problemática.
Una vez que los integrantes del equipo tomen conciencia del grado de dispersión cognitiva que existe entre sus diferentes interpretaciones respecto de la empresa “real”, será necesario realizar un trabajo de alineamiento cultural destinado a unificar criterios y alinear miradas para, de esa forma, poder alcanzar entre todos los mínimos consensos que necesitamos construir como equipo de trabajo respecto de aquellas cosas que son esenciales para poder seguir avanzando.
En este sentido, el M8 es un modelo sistémico de circularidad que ayuda a los equipos de trabajo a acortar la dispersión cognitiva que existe entre ellos.
Solo a través de un afinado proceso de alineamiento cultural es que podremos entender las ventajas de aprender a pensar todos juntos con una sola mente, comprometidos con una misma mística que compartimos como equipo de trabajo, operando bajo una misma marca, comprendiendo que para cumplir con nuestra misión todos debemos alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto como organización, aplicando un mismo método de trabajo, siguiendo los lineamientos de una única estrategia, que, en un momento dado, nos exige desarrollar capacidad de maniobra conjunta, y que mide nuestros resultados con una misma métrica.
Para que este trabajo de alineamiento cultural resulte exitoso, es imprescindible que en todo momento se valore la riqueza de la diversidad que expresa el conjunto, y que al mismo tiempo siempre se respete la singularidad de cada uno de los integrantes del equipo.