Rendición de cuentas
Rendición de cuentas
Rendición de cuentas significa colocar la información en la “vitrina pública para que la sociedad pueda revisarla, analizarla y, en su caso, usarla como mecanismo para sancionar si se detectan anomalías”.
En ese sentido, los gobernantes, funcionarios y en general los servidores públicos, se encuentran obligados a trabajar a favor del bien común, la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad social; a comprometerse a gestionar y emprender sus tareas, orientados por los mandatos que emanan de la Constitución y las leyes, así como por los principios de eficiencia eficacia, transparencia y honestidad.
Dentro de las propuestas para mejorar la rendición de cuentas en los órganos públicos se encuentran las siguientes:
1. Obligación a los órganos del Estado para poner a disposición de los ciudadanos la información que les permita acceder al conocimiento directo de las funciones, acciones, resultados, estructura y recursos asignados.
2. Homogenización del proceso de rendición de cuentas para que las autoridades se abstengan de dar a la comunidad información manipulada, incompleta o falsa, a fin de igualar las capacidades en la rendición de cuentas.
3. Mejorar la organización, clasificación y manejo de los documentos para incrementar la eficiencia administrativa.
4. Hacer de conocimiento público que la rendición de cuentas no es sólo administrativa, sino también de orden educativo, enfocando el cambio en la actitud de civilidad de la ciudadanía.
5. Dar a la ciudadanía acceso a la información completa sobre lo realizado por todos aquellos que estén obligados en una forma clara y sencilla, poniéndola a su disposición en los medios de comunicación a los que todos puedan acceder.
Cómo rendir cuentas
La rendición de cuentas suele realizarse mediante informes, memorias o balances de sostenibilidad que deben responder a una serie de principios básicos:
• Veracidad y transparencia: la exposición completa de los procesos, procedimientos y supuestos implicados en la elaboración de una memoria resulta esencial para su credibilidad.
• Globalidad: toda organización informante debería, sistemáticamente, implicar a sus partes interesadas en la ayuda al enfoque y la mejora continua de la calidad de sus memorias.
• Auditabilidad: los datos y la información presentes en la memoria deberían recopilarse, analizarse y divulgarse de modo que los auditores internos o los encargados de la verificación externa puedan avalar su veracidad.
• Exhaustividad: toda la información esencial para la evaluación por parte de los usuarios del desempeño económico, ambiental y social de una organización informante debería aparecer en la memoria de una forma coherente con el marco temporal, el alcance y los límites manifestados.
• Relevancia: la relevancia es el grado de importancia asignado a un aspecto, indicador o dato concreto, y constituye el umbral en el cual la información adquiere la suficiente trascendencia como para presentarse.
• Contexto de sostenibilidad. Las organizaciones informantes deberían intentar situar su actuación en el más amplio contexto de restricciones o límites ecológicos, sociales o de otro tipo, en aquellos casos en los que ese contexto añada un significado importante a la información presentada.
• Precisión: el objetivo del principio de precisión es el de conseguir que la información presentada ofrezca la mayor exactitud y el menor margen de error posibles, para que los usuarios puedan tomar sus decisiones con un alto grado de confianza.
• Neutralidad y objetividad: en toda memoria deberían evitarse los sesgos en la selección y exposición de la información, y se debería tratar de ofrecer un informe equilibrado sobre la actuación de la organización informante.
• Comparabilidad: toda organización informante debería mantener la coherencia en lo referente a los límites y el alcance de sus memorias, dar a conocer cualquier cambio y volver a exponer la información presentada anteriormente.
• Claridad: toda organización informante debería mantenerse al corriente de las distintas necesidades y experiencias de sus partes interesadas, y poner la información a disposición de los usuarios de manera que resulte inteligible para el mayor número posible de éstos, manteniendo un adecuado nivel de detalle.
• Periodicidad: toda memoria debería ofrecer información con una periodicidad que se adapte a las necesidades de los usuarios y a la naturaleza de los datos.
Triple cuenta de resultados (o triple bottom line)
El triple resultado es un término de negocios sustentables que hace referencia al desempeño de una empresa expresado en tres dimensiones: económica, ambiental y social. Su origen en inglés (“triple bottom line”) hace alusión al resultado neto expresado en el último renglón del estado de resultados contables.
La expresión fue utilizada por primera vez por John Elkington en 1994, quien posteriormente la expandió y articuló a fondo en su libro “Cannibals with forks”. El término sustentabilidad fue definido por el Informe Brundtland de las Naciones Unidas en 1987.
Además del estado de resultados, las evidencias de desempeño en relación con el triple resultado se manifiestan en los reportes de sustentabilidad o responsabilidad social corporativa. Hasta 2009, la elaboración y publicación de los mismos seguían siendo de carácter voluntario y evolutivo en todo el mundo.
Idealmente, una organización con buen desempeño en términos contables de triple resultado tendría como consecuencia la maximización de su beneficio económico y ambiental, así como la minimización o eliminación de sus externalidades negativas, haciendo énfasis en la responsabilidad de la organización ante los grupos de interés, y no sólo ante los accionistas. En este caso, los grupos de interés se refiere a cualquiera que reciba la influencia, directa o indirecta, de los actos de la empresa. En virtud de lo anterior, una contabilidad de triple resultado facilita el desempeño de una entidad de negocio como vehículo de coordinación de intereses.
La pauta de la verdad
El libre acceso a la información se relaciona directamente con la rendición de cuentas, que no es otra cosa que ser responsables de nuestros actos y colocar la información en la vitrina publica para que la sociedad pueda estar enterada de nuestro accionar, revisarla, analizarla y, en su caso, usarla como mecanismo para sancionar si se detectan anomalías. Una de las cláusulas del GRI (Global Reporting Initiative) es la pauta de la verdad, establecida por dar cuenta de aquello que salió mal en la gestión, los objetivos que no se alcanzaron, y qué se va a hacer para mejorar. Un caso interesante es el de la empresa automotriz alemana Volkswagen, que tuvo que llegar a un acuerdo con abogados privados y el gobierno de los Estados Unidos para comprar casi 600.000 vehículos diésel que estuvieron involucrados en un engaño en las pruebas de emisiones. Este acuerdo es parte de las multas exigidas por la ley norteamericana que Volkswagen está obligada a pagar por el fraude, mientras que los gastos para compensar a los propietarios ascienden a más de mil millones de dólares.